lideamos con un enemigo muy poderoso capaz de acudir a cualquier via para acabar con la Revolucion.

EL General de Ejército Raúl Castro, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, afirmó que ante los grandes peligros externos y los derivados de las deficiencias internas, es necesario trabajar con más organización, constancia y disciplina.
El primer vicepresidente cubano resumió en el Palacio de Convenciones de La Habana el 19º Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), a cuyos delegados transmitió una felicitación en nombre del presidente Fidel Castro.
Recordó que es la primera vez, desde el triunfo de la Revolución, que Fidel no está físicamente en un congreso del movimiento obrero, aunque ratificó la expresión de los delegados de que sus ideas y enseñanzas estuvieron presentes en todas las jornadas del encuentro.
Subrayó que “no podemos olvidar ni un momento que lidiamos con un enemigo muy poderoso y capaz de acudir a cualquier vía para alcanzar su propósito de borrar la Revolución de la faz de la Tierra, sin que quede el más mínimo vestigio de su existencia.
“Basta hojear el llamado Plan Bush y recordar su anunciado anexo secreto, para comprobar que el imperio se propone arrebatarle a nuestro pueblo hasta la última de las conquistas que ha alcanzado en tantos años de lucha”, añadió.
Puntualizó que el objetivo de Washington es “llevar a este país a una situación aún más terrible que la existente en diciembre de 1958, a aquellos tiempos en que la represión, el luto, la humillación, la miseria, el desempleo, el analfabetismo y las enfermedades se enseñoreaban sobre miles de hogares cubanos”.
“Han designado hasta al interventor yanki, un tal McCarry, como si nada hubiera cambiado en este mundo desde que en 1898 frustraron nuestra independencia y nos impusieron varios interventores”, recordó en alusión a la intervención estadounidense en la guerra que a fines del siglo XIX los cubanos le tenían ganada a la metrópoli española.
“Dentro de esa misma lógica absurda actúa el Presidente de los Estados Unidos, cuando dice que en Cuba tiene que haber transición, es decir, un vergonzoso retorno a la basura de capitalismo neocolonial que impusieron en este país exactamente durante sesenta años, o cuando nos amenazó en fecha reciente con que tomarán nota de cuantos se opongan a ello.
“Repito el consejo que le di en aquel momento: mejor anote en la lista a los anexionistas asalariados de su Oficina de Intereses, que son pocos, porque va a necesitar mucho papel para escribir los nombres de los millones de mujeres y hombres que están listos para recibir, fusil en mano, a su interventor designado”, expresó Raúl en medio de prolongados aplausos de los delegados.
El también Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias se refirió a los esfuerzos del evento de los trabajadores por buscar soluciones a los principales problemas que demanda la situación actual, diferente y más compleja que en los años 70 del siglo pasado, cuando sesionó el histórico 13º Congreso —el último que contó con la presencia del líder obrero Lázaro Peña—.
Aclaró que sería un error pensar que todo está resuelto y llamó a los cuadros sindicales a identificar la tarea principal en medio de disímiles retos de la vida cotidiana.
Acotó que uno de los más difíciles retos del trabajo político es lograr que los trabajadores se sientan dueños colectivos de las riquezas de la sociedad y actúen en consecuencia, y llamó a la clase obrera, fuerza esencial en la construcción del Socialismo, a enfrentar resueltamente vicios y deficiencias.
SALVADOR VALDES MESA, NUEVO SECRETARIO GENERAL DE LA CTC
Durante la sesión final fue presentado el nuevo Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba, encabezado por Salvador Valdés Mesa.
También se dio a conocer el Consejo Nacional de la Organización, integrado por 157 miembros.
Los delegados aprobaron por unanimidad la Declaración Final del evento, el Informe Central y las 16 resoluciones examinadas en las nueve comisiones que funcionaron en el evento.
La lucha contra el bloqueo de EE.UU., la defensa del proceso social del país y el reclamo de libertad para Los Cinco antiterroristas encarcelados por Washington, constituyen acuerdos aprobados en la Declaración Final.
El texto también denuncia y rechaza los planes desestabilizadores de la Casa Blanca e insta a buscar las vías para incrementar la preparación política, ideológica y militar de la población.
Ratificamos una vez más que las calles de Cuba son y serán de los revolucionarios y nunca podrán ser tomadas por los vendepatrias, afirma.
En el acápite de la autodeterminación, los trabajadores de la Isla ratificaron su más profunda convicción de que en Cuba sólo habrá transición hacia más revolución, justicia social y socialismo.